El reportaje utiliza la noticia, la crónica, la entrevista, el editorial y hasta los géneros literarios, sin que sea un mero collage de todos ellos.
Tiene algo de noticia cuando produce revelaciones; de crónica cuando hace el relato de un fenómeno, de la entrevista cuando reproduce la opinión de una fuente, de análisis por su afán interpretativo y de artículo, editorial columna y crítica cuando el autor enjuicia lo que narra. Es también literatura cuando su redacción adopta formas estéticas y técnicas propias de la novela, el cuento, la dramaturgia y hasta la poesía, pero sin caer nunca en la ficción.
Nació como una extensión de la entrevista cuando ésta tuvo pretensiones literarias, y así se mantuvo casi hasta los años 60, cuando fue transformado por el nuevo periodismo. Obsérvese la evolución del género a lo largo de los años.
Emil Dovifat (1959).
Define la esencia del reportaje por su “representación vigorosa, emotiva llena de colorido y vivencia personal de un suceso”.
Philipe Gaillard (1966).
Dice que el reportaje equivale a la búsqueda activa e inmediata de la información, y en ello hay mucho de testimonio y acta pero los trasciende al jerarquizar, relacionar, sintetizar, seleccionar y documentar los hechos. La labor de investigación se hará de diferente modo si el hecho es previsible o fortuito.
Gonzalo Martín Vivaldi (1973).
Señala al reportaje estándar como un “relato periodístico informativo, libre en cuanto a tema, objetivo en cuanto a modo y redactado preferentemente en estilo directo, que se distingue de la noticia tan sólo por la libertad expositiva que goza el reportero”.
En cambio, al “gran reportaje” lo define por sus “altos vuelos literarios y gran interés público”, cultivado en los grandes diarios por las primeras formas literarias. “Es un trabajo más personal y libre”, donde el módulo formal se rinde ante la personalidad del periodista escritor y lo caracteriza por una clara visión de los hechos, el análisis de los mismos, una mentalidad científica y una exposición detallada.
William Rivers (1975).
Distingue entre reportaje estándar y reportaje interpretativo; el primero sólo cuenta un acontecimiento del que rescata el aspecto más importante y describe los demás en orden decreciente, y el segundo es “el que va más allá y sitúa al hecho en su perspectiva”.
Mario Rojas Avendaño (1976).
El reportaje es un género de tercera dimensión: profundidad, pues permite captar no sólo el hecho escueto sino también los antecedentes y las proyecciones.
Es la razón de ser del nuevo periodismo pues responde a las interrogantes finales de la escala de valores de la noticia: cómo y por qué.
Leñero y Morín (1986).
Los reportajes se elaboran para ampliar, complementar y profundizar en la noticia, para explicar un problema, plantear y argumentar una tesis o narrar suceso. El reportaje investiga, describe, informa, entretiene y documenta.
Javier Ibarrola (1988).
Reportaje. Proviene del Latín reportare que significa llevar o traer una noticia, anunciar, referir, informar.
El reportaje es resultado de la polémica entre objetividad y subjetividad.
Margarita Gauz (1988).
Género de acción “para gente joven”, que se realiza en el mismo lugar del hecho; precisa de gran capacidad de observación.
La realidad habla en el reportaje con toda su crudeza y el reportero es su intérprete.
Cualquier opinión personal que se permita hacer debe estar muy bien fundamentada y comprobada, pues tendrá que ofrecer pruebas de lo que escribe.
Existe desgaste físico y en ocasiones ofrece ciertos riesgos. Requiere capacidad descriptiva y narrativa.
José Luís Benavides y Carlos Quintero (2004).
El reportaje es un género periodístico interpretativo que aborda el por qué y el cómo de un asunto de interés general con el fin de situar al lector en un contexto simbólico social amplio, brindándole al lector de un modo instructivo y ameno antecedentes, comparaciones y consecuencias relevantes que ayuden a entenderlo.
Raymundo Rivapalacio (2005).
El reportaje es literatura bajo presión, rey de los géneros periodísticos, aporta la explicación de hechos actuales que ya no son noticia estrictamente, es ocasional, narrativo y creativo.
Es el espejo de la evolución o involución de la sociedad sin las limitaciones de otros géneros. Debe envolver al lector y trasladarlo al lugar descrito.
El reportaje cubre las necesidades informativas que no satisface la noticia. Pilar Diezhandino (1994: 86) señala que “El lector quiere ver, sentir, entender las cosas como si hubiera estado en el lugar del suceso” y el reportero se ocupa de investigar y acercar los resultados al lector “con los recursos de la literatura y la libertad de un texto firmado”.
Este género debe estar vinculado con la actualidad aunque su relación con ella es mucho más relajada pues puede publicarse varios días después de la noticia que lo ha inspirado. Características básicas del reportaje son: a) El manejo de antecedentes; b) Las reacciones en torno al hecho y c) Las consecuencias que el hecho pueda tener para los lectores. Al ser un género interpretativo y por ende explicativo debe partir de las causas o antecedentes que produjeron el hecho, relacionar el hecho con otros hechos –ello no sólo incluye las reacciones sino también el contexto en que suceden los hechos- y prever posibles escenarios.
Hay diferentes posturas respecto a las libertades que puede tomarse el género, más amplias en las definiciones modernas que en las antiguas. Por ejemplo, Martínez Albertos señala que el reportaje no es el lugar para hacer valoraciones, ni se debe personalizar o editorializar.
Como casi todas las informaciones periodísticas, su estructura implica un lead con variaciones respecto a las de los géneros informativos. Warren (1959) distingue seis modos de entrada para reportaje:
De sumario. Muy parecido al de la noticia, responde a las seis interrogantes del periodismo.
De golpe. Es una ironía, parecida a un epigrama.
De pintura. Descripción que aporta colorido y plasticidad al texto.
De pregunta. Inicia con una interrogante que puede o no tener respuesta.
De telón. Da contexto geográfico o psicológico al personaje, a manera de escenografía.
De cita. Parte de una declaración hecha por uno de los personajes involucrados en los acontecimientos.
Por su parte Ulibarri aporta 12 entradas:
De resumen. Nuevamente, es parecida a la entrada de noticia.
De sumario. Enumeración de puntos importantes del reportaje.
Narrativa. Usa el relato como gancho.
Descriptiva. Presenta personajes, ambientes o paisajes.
De contraste. Expone situaciones contradictorias.
De pregunta. Lanza una interrogante.
De apelación. Habla al lector en segunda persona.
De cita. Reproduce una declaración textual.
Deductiva. Va de lo general a lo particular.
De parodia. Usa un chiste, una burla o imita una obra conocida.
De suspenso. Plantea una incógnita, casi adivinanza, que busca atrapar al lector.
Simbólica. Usa una imagen, un objeto o una figura para expresar un concepto.
En cuanto al desarrollo la propuesta más antigua y conocida es la norteamericana, en la que el reportaje de acontecimientos o fact story diluye la información a la manera de la pirámide invertida, por su orden jerárquico; el reportaje de acción o action story es más dinámico pues presenta una evolución de hechos que corresponde a la estructura de yunque.
El reportaje de citas o quote story es más similar a una entrevista de semblanza. Por último, el reportaje corto cuya característica básica es el énfasis en los detalles humanos y ambientales, además del uso de recursos lingüísticos no habituales en la noticia.
Bastenier.
El Periodismo español se ha convertido en la vanguardia del de habla hispana. La primera revolución ocurre con el género seco, que elimina a la nota informativa con sus estructuras rígidas y la supuesta objetividad que preconiza y que corresponde a la escuela norteamericana de nuestra disciplina.
Pero no se trata sólo de romper las estructuras existentes sino de practicar un periodismo más profesional en cuanto al rigor de lo noticioso –verificar cada dato, comprobar aún lo que parece visible, acreditar siempre las fuentes- sino de acercarse a la calidad de lo literario: una mayor capacidad narrativa es requisito básico del nuevo periodismo español.
El Blanco móvil parte de que es imposible separar los hechos de la opinión. “La objetividad no existe, y no hace ninguna falta que exista, porque de ser así todos los diarios darían prácticamente la misma versión de los hechos”, asegura Bastenier.
El criterio de la nueva taxonomía de los géneros parte de la propiedad intelectual del autor. ¿Hasta qué punto una nota es mía? Lo es tanto como la haya trabajado. El boletín de prensa “refrito” no es en lo absoluto propiedad del reportero, excepto su capacidad de mejorar un poco la redacción o añadir un dato que el original omitió. Y entre más se es dueño de lo que se escribe más cerca se está del reportaje.
Los géneros vistos desde esa perspectiva serían ahora:
Género seco o informativo puro
Crónica (que ya implica análisis)
Reportaje (y que incluya la entrevista)
La entrevista no se considera más un género sino una herramienta de obtención de informaciones que pueden ser incluidas en cualquiera de los citados géneros.
Es en ese sentido que el reportaje se considera el ADN del periodismo pues incluye al género seco, la crónica, la entrevista como herramienta y es el de mayor pertenencia al autor, que es completamente dueño del material, que con su interpretación ha convertido en una fuente de información, se ha apersonado en los lugares de los acontecimientos y su pieza se aplica a un lugar específico será reportaje de escenario o si se centra en la reconstrucción de una historia carente de una sede se llamará reportaje virtual.
En cualquiera de los casos, el reportero opina pero con un trabajo de investigación por detrás.
Llamamos blanco móvil a la información inédita, inesperada. El reportaje de escenario puede tener como tal lo mismo una puesta de sol de puntualidad meteorológica que un terremoto inesperado, que es el objeto de información más inesperado: la historia de la cosas en movimiento rebelándose contra sí misma sin necesidad de previo aviso.
Nos queda así la siguiente división:
Reportaje por división territorial:
Reportaje de escenario
Reportaje virtual
División temática:
Reportaje de escenario estático
Reportaje de escenario blanco móvil
Reportaje virtual sobre hechos conocidos (la historia es estática)
Reportaje virtual de blanco móvil
Un reportaje de escenario estático sería el que se hace sobre un edificio, una plaza o una festividad de cierto lugar. Pero si en esa festividad inesperadamente se desata una balacera, se cae el edificio o estallan antes de tiempo las luces pirotécnicas causando muertes, se vuelve de escenario blanco móvil.
Un reportaje virtual sobre hechos conocidos sería el que reconstruye la evolución de la medicina occidental o los procesos de hominización aún cuando se busque el enfoque novedoso. El reportaje virtual blanco móvil sería la perla de la corona pues en lo que no tiene una sede difícilmente brinca la novedad.
Al final, las clasificaciones son meras formas de ordenar y organizar los géneros. Más allá de esa función está el enfoque que cada periodista y cada medio hagan de su labor de investigar. Y en ella, el reportaje de profundidad, que devela el cómo y el por qué de los hechos, sin importar cómo se le clasifique o se le llame, es el que puede incidir en las políticas públicas al denunciar, señalar, descubrir los yerros y aciertos de las autoridades y de la sociedad en su conjunto
FUENTES:
BASTENIER, Migue Ángel. El Blanco Móvil: Curso de periodismo. Ed. Santilla, Madrid, 2001.
BENAVIDES, José Luis y Quintero Herrera Carlos. Escribir en Prensa. Pearson y Prentice Hall, Madrid, España, 2004.
CANTAVELLA, Juan y Serrano, José Francisco. Redacción para periodistas: informar e interpretar. Ed. Ariel, Barcelona, 2004.
CHARNLEY, Mitchell V. Periodismo informativo. Ed. Troquel, Buenos Aires, 1971.
GIL GONZÁLEZ, Juan Carlos. La crónica periodística. Evolución, desarrollo y nueva perspectiva: viaje a la historia del periodismo interpretativo. Facultad de Ciencias de la Información, Universidad de Sevilla, 2004, en http://gmje.mty.itesm.mx/gil.html
GONZÁLEZ LONGORIA, Susana. El ejercicio del periodismo. Ed. Trillas, México, 1997.
GRIJELMO, Alex. El estilo del periodista. Ed. Taurus, Madrid, 2002.
LEÑERO, Vicente y Marín, Carlos. Manual de Periodismo. Ed. Grijalbo, México, 1986.
MARTIN VIVALDI, Gonzalo. Géneros periodísticos, Ed. Paraninfo. Madrid. 1973.
RAMOS SUYO, Juan Abraham. Tecnología de la comunicación alternativa y periodismo interpretativo. Ed. Pablo de la Torriente. La Habana, 1989.
RIVA PALACIO, Raymundo. Manual para un nuevo periodismo: Vicios y virtudes de la prensa escrita en México. Ed. Plaza y Janés. México, 2005.
RIVAPACIO, Raymundo. La prensa de los jardines. Fortalezas y debilidades de los medios en México. Ed. Plaza y Janés, México, 2004
ULIBARRI, Eduardo. Idea y vida del reportaje. Ed. Trillas, México. 1994.
VELÁSQUEZ, Luis. Técnicas del reportaje. Universidad Veracruzana. México.
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